Domingo 19 - Domingo 20º durante el año. Verde.
PRIMERA LECTURA
Prov 9, 1-6
Lectura del libro de los Proverbios.
La Sabiduría edificó su casa, talló sus siete columnas, inmoló
sus víctimas, mezcló su vino, y también preparó su mesa. Ella envió a sus
servidoras a proclamar sobre los sitios más altos de la ciudad: "El que
sea incauto, que venga aquí". Y al falto de entendimiento, le dice:
"Vengan, coman de mi pan, y beban del vino que yo mezclé. Abandonen la
ingenuidad, y vivirán, y sigan derecho por el camino de la inteligencia".
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 33, 2-3. 10-15
R. ¡Gusten y vean qué bueno es el
Señor!
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en
mis labios. Mi alma se gloría en el Señor; que lo oigan los humildes y se
alegren. R.
Teman al Señor, todos sus santos, porque nada faltará a los que
lo temen. Los ricos se empobrecen y sufren hambre, pero los que buscan al Señor
no carecen de nada. R.
Vengan, hijos, escuchen: voy a enseñarles el temor del Señor.
¿Quién es el hombre que ama la vida y desea gozar de días felices? R.
Guarda tu lengua del mal, y tus labios de palabras mentirosas.
Apártate del mal y practica el bien, busca la paz y sigue tras ella. R.
SEGUNDA LECTURA
Ef 5, 15-20
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de
Éfeso.
Hermanos: Cuiden mucho su conducta y no procedan como necios,
sino como personas sensatas que saben aprovechar bien el momento presente, porque
estos tiempos son malos. No sean irresponsables, sino traten de saber cuál es
la voluntad del Señor. No abusen del vino que lleva al libertinaje; más bien,
llénense del Espíritu Santo. Cuando se reúnan, reciten salmos, himnos y cantos
espirituales, cantando y celebrando al Señor de todo corazón. Siempre y por
cualquier motivo, den gracias a Dios, nuestro Padre, en nombre de nuestro Señor
Jesucristo.
Palabra de Dios.
Aleluya. "El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en
mí y yo en él", dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO
Jn 6, 51-59
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús dijo a los judíos: "Yo soy el pan vivo bajado del
cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi
carne para la Vida del mundo". Los judíos discutían entre sí, diciendo:
"¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?". Jesús les
respondió: "Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no
beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre
tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la
verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe
mi sangre permanece en mí y yo en él. Así como yo, que he sido enviado por el
Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come
vivirá por mí. Éste es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus
padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente". Jesús
enseñaba todo esto en la sinagoga de Cafarnaúm.
Palabra del Señor.
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