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martes, 14 de junio de 2011

25 años sin Borges.


 


Al cumplirse un cuarto de siglo de la muerte del escritor Jorge Luis Borges, Argentina evoca su genio y su obra, considerada entre los clásicos de la literatura universal, aunque su eterna candidatura al Premio Nobel quedó trunca al parecer por sus posturas políticas.

"Dejó tanto pero tanto que su legado aún se está acomodando entre nosotros", resumió el laureado escritor argentino Ricardo Piglia "Blanco Nocturno" sobre la obra de Borges, fallecido hace 25 años en la ciudad suiza de Ginebra a los 86 años.


Los homenajes por el aniversario de su deceso se multiplicaban este martes en ciudades como Buenos Aires y Venecia, donde su viuda, María Kodama, inauguró un espacio en su memoria en forma de laberinto, una de las obsesiones en la vasta obra del poeta, narrador y ensayista.




Decenas de escritores y lectores recordaron este martes al autor de "El Aleph" en la céntrica Plaza San Martín, uno de sus sitios preferidos en Buenos Aires, mientras que en el centro cultural que lleva su nombre en la capital argentina se puso en marcha la muestra "Historias de un universo escrito".

Considerado entre los más grandes escritores en lengua castellana después de Miguel de Cervantes Saavedra, su dilatada carrera literaria comenzó en 1923, a los 24 años, con su libro de poemas "Fervor de Buenos Aires", y concluyó en 1985, un año antes de su muerte, también con la poética de "Los conjurados".

En ese período de 62 años, el autor de "Ficciones" publicó más de 30 libros en los géneros de ensayo, poesía y narraciones que fueron traducidos a 25 idiomas, además de escribir cientos de artículos en periódicos y revistas.

Córtazar sostuvo a su vez que "la gran lección de Borges fue una lección de escritura. La actitud de un hombre que, frente a cada frase, ha pensado cuidadosamente, no qué adjetivo ponía, sino qué adjetivo sacaba".

Borges recibió decenas de distinciones de universidades y gobiernos y numerosos galardones como el Cervantes, el más importante en lengua española, pero su candidatura de 30 años consecutivos al Premio Nobel quedó en la nada, al parecer por sus controvertidas posiciones políticas.

Irónico y sarcástico, es autor de célebres frases y sutiles respuestas, que su amigo y colega Adolfo Bioy Casares despliega en parte en el voluminoso libro "Borges", en el que relata en tono coloquial la vida cotidiana del escritor fallecido en 1986.

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