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lunes, 30 de mayo de 2011

La Piedra.


El distraído, tropezó en ella.
El violento, la utilizó como proyectil.
El emprendedor, la utilizó para construir algo.
El campesino, cansado, la utilizó como asiento.
El niño, la utilizó como juguete.
Drummond, la utilizó como inspiración
David, la utilizó para matar a Goliat.
Y Miguel Ángel, sacó de ella una bella escultura.

En todos los casos, la diferencia no estuvo en la piedra, sino en el hombre.

AUTOR DESCONOCIDO
 

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