Visita a Tierra Santa Tras
rezar en silencio, el Papa abrazó emocionado al rabino y al islámico argentinos
que lo acompañan en su histórica gira. Dejó un Padrenuestro escrito de puño y
letra en español.
“Lo logramos”, exclamó
el Papa Francisco al abrazar al rabino Abraham Skorka y el islámico Omar
Abboud, tras rezar en silencio unos minutos en el Muro
de los Lamentos, el sitio más sagrado para los judíos. Con esa expresión,
el pontífice evocó los tiempos en que con el rabino Skorka imaginaban orar ante
el Muro, pero sin saber que finalmente lo concretarían siendo ahora él Papa.
Francisco
llegó pasadas las nueve de la mañana (hora de Israel) al lugar, en medio de un
importante operativo de seguridad. Tras ser recibido por el gran rabino del
lugar, y recibir una explicación con unas maquetas de los dos muros que fueron
destruidos, el último en el año 1970, se acercó a la pared, lo único que se
conserva de la segunda edificación.
En
silencio, Francisco rezó unos minutos y luego, en el gesto que es
característico ante quienes visitan el Muro, dejó en una grieta un
papelito que contenía una transcripción del Padrenuestro en español.
Luego giró
y se fundió en un efusivo abrazo simultáneo con Skorka y Abboud -con un brazo
tomó a uno y con el otro tomó al otro- y exclamó: “Lo logramos”.
Tras
saludar a personalidades judías presentes en el lugar, se retiró saludando con
una amplía sonrisa desde el auto que lo traslada.
El rabino
Skorka, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, y Abboud, presidente del
Instituto de Diálogo Interreligioso, fueron invitados especialmente por el Papa
para este viaje, en un gesto sin precedentes en una visita papal.
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