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lunes, 18 de julio de 2011

Para conservar la AMISTAD.


De su experiencia, Enrique Ernesto Febbraro saca un listado para conservar la amistad:
·         Un amigo no aconseja, se mete en el problema, se embrolla, y ayuda al otro.
·         Mi amigo es mi maestro, mi discípulo y mi condiscípulo.
·         Los sacramentos de la amistad son: simpatía, ternura, respeto, reciprocidad, lealtad, comprensión, desinterés, solidaridad, perseverancia y alegría.
·         Hace falta callar, aunque se tenga razón, porque dos no pelean si uno no quiere.
·         No hacer o decir nada que lastime u ofenda al otro.
·         Acompañar siempre: en la soledad, el dolor o la alegría.
·         Aceptar a las personas como son y querer hasta en el mínimo detalle, sin esperar recompensa.
·         Olvidar los propios problemas y escuchar con oído y corazón de amigos.

De todo su anecdotario, Febbraro desnuda una pena: “Escribí a la NASA, pero nunca me contestaron”.
Al celebrar el Día del Amigo honramos a su creador, el doctor Enrique Febbraro, ilustre personalidad que dedicó su vida a promover y realizar fundamentales obras de solidaridad, cultura y altos ideales de progreso.
Al servicio de la creación del “Día del Amigo”, el 20 de julio y el de “Día Internacional del Amigo”, en octubre, “hice enormes inversiones de tiempo, esfuerzo y dinero, para que la gente conozca mis cantos de vida y esperanza; también es cierto que no se me ofrecieron muchas oportunidades para que explique el verdadero por qué de esa monumental tarea –dice en una nota que recibimos.”
Su “curri” incluye más de veinte páginas donde se informa de premios, distinciones y reconocimiento de todas partes del mundo. Pero la realidad señala que la creación de estos días memorables, que honran a la amistad, la llevó a cabo Febbraro solo, poniendo al servicio del ideal su tiempo y sus bienes. Un profundo afecto y veneración a este gran argentino, que bien merece ser ejemplo de honestidad, ética y virtuosa vida.

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