Santo Padre Pío, ya que durante tu vida terrena
mostraste un gran amor por los
enfermos y afligidos,
escucha nuestros ruegos e intercede ante nuestro Padre
Misericordioso por los que sufren.
-Asiste desde el cielo a todos los enfermos del mundo;
-sostiene a quienes han
perdido toda esperanza de curación; -consuela a quienes gritan o lloran por sus
tremendos dolores; -protege a quienes no pueden atenderse o medicarse por falta
de recursos materiales o ignorancia;
-alienta a quienes no pueden reposar porque deben trabajar;
-vigila a
quienes buscan en la cama una posición menos dolorosa; -acompaña a quienes ven
que la enfermedad frustra sus proyectos; -alumbra a quienes pasan una
"noche oscura" y desesperan;
-toca los miembros y músculos que han
perdido movilidad;
-ilumina a quienes ven tambalear su fe y se sienten atacados por dudas que los atormentan;
-apacigua a quienes se impacientan viendo que no mejoran;
-calma a quienes se
estremecen por dolores y calambres;
-concede paciencia, humildad y constancia a
quienes se rehabilitan;
-devuelve la paz y la alegría a quienes se llenaron de
angustia; -disminuye los padecimientos de los más débiles y ancianos;
-vela junto
al lecho de los que perdieron el conocimiento;
-guía a los moribundos al gozo eterno;
-conduce a los que más lo necesitan al encuentro con Dios;
-bendice
abundantemente a quienes los asisten en su dolor, los consuelan en su angustia
y los protegen con caridad.
Amén
Amén
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