La oración nos hace elevar la mirada al cielo y los ojos se transforman llenos de esperanza, reflejando el azul celeste de la gracia. Míralo a Él y déjate mirar. Tu mirada no puede ser igual después de esta experiencia.
Serás como un niño, quien mirando al cielo se admira y confía. Llenate de Dios dejando que Él salga de su cielo y entre en tu corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario