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miércoles, 1 de abril de 2015

Francisco: "los sacerdotes no pueden ser pastores con cara de vinagre, quejosos ni aburridos"



Desde la basílica de San Pedro en el Vaticano, durante la misa Crismal, el papa Francisco, celebró la Semana Santa, y recordó que los sacerdotes no pueden ser "pastores con cara de vinagre, quejosos ni, lo que es peor, pastores aburridos".

La misa de hoy también rememora "el día de la institución del sacerdocio" y por ello la homilía del Papa, como en anteriores Jueves Santos, estuvo dedicada a los consejos para los sacerdotes y a la "belleza" del cansancio por dedicarse a los fieles.

El pontífice explicó cómo todo este servicio y cercanía a la gente cansa, pero, señaló, "es cansancio del bueno, cansancio lleno de frutos y de alegría".

"El pueblo fiel no nos deja sin tarea directa, salvo que uno se esconda en una oficina o ande por la ciudad en un auto con vidrios polarizados", aseveró.


Pero a pesar de esta fatiga, Francisco indicó a los sacerdotes que no pueden ser "pastores con cara de vinagre, quejosos ni, lo que es peor, pastores aburridos".
Asimismo, reiteró la necesidad de pastores "con olor a oveja" y "sonrisa de padre".
"Nada que ver con esos que huelen a perfume caro y te miran de lejos y desde arriba", agregó.

El Papa inició su homilía con una confesión: "Sabéis cuantas veces pienso en el cansancio. El cansancio de todos vosotros. Pienso mucho y rezo por ello a menudo, especialmente cuando el que está cansado soy yo".

"Nuestra fatiga es preciosa a los ojos de Jesús, que nos acoge y nos pone de pie", aseguró el pontífice en la primera ceremonia del llamado "Triduo Pasqual", el periodo de tiempo en el que los católicos conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Cristo.

"Conocemos a nuestro pueblo, podemos adivinar lo que les está pasando en su corazón; y el nuestro, al compadecernos (al padecer con ellos), se nos va deshilachando, se nos parte en mil pedacitos, y es conmovido y hasta parece comido por la gente", dijo.

"El maligno es más astuto que nosotros y es capaz de tirar abajo en un momento lo que construimos con paciencia durante largo tiempo", dijo.

Pero les recomendó que ante ello "hay que aprender a neutralizar el mal" y "no" arrancar la cizaña, no pretender defender como superhombres lo que sólo el Señor tiene que defender".

La celebración del Jueves Santo continuará esta tarde, cuando Francisco, saldrá del Vaticano para efectuar una misa en la cárcel romana de Rebbibia, donde lavara los pies a doce reclusos.



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