La Iglesia Católica celebra cada 21 de agosto el Día del Catequista, en conmemoración del papa Pío X. Ese Papa, que fue santificado, tuvo actuación preponderante a favor de la catequesis e hizo posible entre otras cosas impartir los sacramentos a los niños.
El catequista se reconoce en búsqueda, en camino; no se cree ni dueño de la verdad ni el "maestro" que llega para esclarecer a los demás sino un instrumento que el mismo Jesús, presente en la comunidad, envía, sostiene y da fuerza para superar las oscuridades y dificultades.
Es parte de la gran marcha de creyentes que han recorrido y aún recorren la historia. Marcha que fue iniciada por el pueblo de Israel y ha continuado en la Iglesia y, a través de ella, ha llegado hasta nosotros.
Un saludo cargado de admiración y afecto a todos los catequistas, y que el Señor siempre guíe sus pasos.
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