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domingo, 3 de marzo de 2013

Poema Adiós a la Maestra.




Almafuerte


Obrera sublime, bendita señora:

la tarde ha llegado también para vos.

¡La tarde, que dice: descanso!…la hora

de dar a los niños el último adiós.



Mas no desespere la santa maestra:

no todo en el mundo del todo se va;

usted será siempre la brújula nuestra,

¡la sola querida segunda mamá!



Pasando los meses, pasando los años,

seremos adultos, geniales tal vez…

¡mas nunca los hechos más grandes o extraños

desfloran del todo la eterna niñez!



En medio a los rostros que amante conserva

la noble, la pura memoria filial,

cual una solemne visión de Minerva,

su imagen, señora, tendrá su sitial.



Y allí donde quiera la ley del ambiente

nimbar nuestras vidas, clavar nuestra cruz,

la escuela ha de alzarse fantásticamente,

cual una suntuosa gran torre de luz.



¡No gima, no llore la santa maestra:

no todo en el mundo del todo se va;

usted será siempre la brújula nuestra,

¡la sola querida segunda mamá!


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