Los siguientes, son los siete dolores de la Virgen María con una lectura sugerida de la Biblia para cada dolor y unas reflexiones que hemos colocado de guía para todos. Estas reflexiones son únicamente sugerencias, usted puede hacer sus propias meditaciones en su mente sobre los siete dolores mientras reza las siete Ave Marías.
1.-
Primero dolor: La profecía de Simeón: (Lucas
2,34-35).
Reflexión: ¡Cuán grande fue la sorpresa para el
Corazón de María al escuchar las palabras tristes, que el profeta Simeón
pronunció sobre la amarga Pasión y muerte de su dulce Jesús, ya que
en ese mismo momento se dio cuenta en su mente, todos los insultos, golpes, y
tormentos que los hombres impíos le debía ofrecer al Redentor del mundo.
Pero una espada aún más aguda atravesó su alma. Era el pensamiento de la
ingratitud de los hombres a su amado. Te acompañamos en este dolor, Virgen
Santa, y por los méritos del mismo, haz que seamos dignos hijos tuyos y sepamos
imitar tus virtudes.
- Rezar el Ave María
2.
Segundo dolor: La
huida a Egipto: (Mateo
2,13-14)
Reflexión: Considera el fuerte dolor que sintió María,
cuando San José fue advertido por un ángel, ella tuvo que huir de noche
con el fin de preservar su amado Niño de la masacre decretada por Herodes. Qué
angustia era la suya, al dejar Judea, para que no dejarse alcanzar por los
soldados del despiadado rey. Qué grande fueron sus privaciones en ese largo
viaje. Qué sufrimiento el dar a luz en una tierra de exilio. Te
acompañamos en este dolor, Santa Madre, y por los méritos del mismo, haz que sepamos huir
siempre de las tentaciones del satanás y sus secuaces.
- Rezar el Ave María
3. Tercer
dolor: La
pérdida del Niño Jesús en el templo: (Lucas 2,43-45)
Reflexión: Qué
temor tan grande y dolor que habría sentido María, cuando vio que había perdido
a su amado Hijo. Y para aumentar su dolor, cuando ella lo buscó entre sus
parientes y conocidos, no obtuvo noticias de él. Ni la fatiga, ni los obstáculos
ni el peligro se pudieron interferir en su búsqueda desesperada, inmediatamente
regresó a Jerusalén, y durante tres largos días lo buscó con gran dolor.
Grande también es mi confusión, oh alma mía, cuando por tantas veces he
perdido a Jesús por culpa de mis innumerables pecados, y no he salido
pronto a buscarle. Oh María, te acompañamos en este dolor, haz que
nosotros nunca nos perdamos por malos caminos
- Rezar el Ave María
4. Cuarto
dolor: El
encuentro de Jesús y María en el Camino de la Cruz:(Lucas
23,27)
Reflexión: Vengan,
pecadores, vengan a ver si pueden soportar tan triste espectáculo. Esta Madre,
tan tierna y amorosa, se encuentra con su Hijo amado, en el dolor y el
sufrimiento de muerte. Él se camina arrastrado hacia una muerte cruel
mientras sigue siendo torturado, herido, destrozado por los látigos, coronado
de espinas, desangrándose, llevando una pesada cruz. Oh mi Dios, tenga en
cuenta, mi alma, el dolor de la bendita Virgen que contempló tanto su Hijo
¿Quién no es capaz de llorar al ver el dolor de esta madre? Pero, ¿quién ha
sido la causa de tales sufrimientos? ¡Yo, soy yo el culpable, que con mis pecados lo he
herido de muerte y han herido también el corazón de mi madre con gran angustia!
Mi corazón se rompe a causa de mi ingratitud. Por los méritos de este
dolor, te pedimos, Virgen Santa, que sepamos ser humildes como Él lo fue y
soportar con valentía las cruces y sufrimiento de cada día.
- Rezar el Ave María
5. Quinto
dolor: La
Crucifixión y muerte de Jesús: (Juan 19, l8-25.27)
Reflexión: Mira,
alma devota, mira hacia el Calvario, sobre el cual se colocaron dos
altares de sacrificio, uno en el cuerpo de Jesús, y el otro en el corazón de
María. Triste es ver a esa querida madre ahogándose en un mar de dolor, al
ver a su amado Hijo, que forma parte de su propio ser, cruelmente clavado en la
cruz. Como se puso de pie a los pies de la cruz, traspasada por la espada del
dolor, mirando los ojos de su hijo. Te acompañamos en este dolor, Madre
virginal, y por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por
el pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.
- Rezar el Ave María
6. Sexto
dolor: Bajando el
cuerpo de Jesús de la Cruz y recibirlo en sus brazos: (Marcos
15,43-46)
Reflexión: Considera
el más amargo dolor que desgarró el alma de María, cuando vio el cadáver de su
amado Jesús sobre sus rodillas, cubierto de sangre, todo desgarrado con heridas
profundas. Madre doliente ¿quién no podrá sentir compasión de ti? Nicodemo,
Juan y las otras Marías que te acompañaban, apenas si podían soportar su
dolor. Te acompañamos en este amargo dolor, Madre amadísima, y por los méritos
del mismo, haz que sepamos amar a Jesús como Él nos amó.
- Rezar el Ave María
7.
Séptimo dolor: El
entierro de Jesús: (Juan
19,41-42)
Reflexión: Considera
los suspiros que provienen del triste corazón de María al ver a su amado
Jesús que lo colocaban dentro de la tumba. Qué pena tremenda
sufrió ella cuando vio que se levantaba la piedra para cubriría esa
tumba sagrada. Ella miró por última vez el cuerpo sin vida de su Hijo, y apenas
si podía separar los ojos de esas heridas abiertas. Y cuando la gran piedra fue
rodada a la entrada del sepulcro, oh, entonces sí su corazón parecía que
se le arrancaron de su cuerpo. Te acompañamos en este dolor, Madre de todos, y
por los méritos del mismo, concédenos a cada uno de nosotros morir a nuestra
vida de pecado y resucitar gloriosos a una nueva vida en Jesús.
- Rezar el Ave María
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