Domingo 13 - El Bautismo del Señor.
(F). Blanco. - Tiempo de Navidad.
Esta fiesta es
también una "epifanía", una "manifestación". Dios creador
se manifestó en el comienzo en el Espíritu, que soplaba sobre las aguas. De
esta misma manera, en el bautismo de su Hijo, el Espíritu Santo recrea sobre
las aguas del Jordán a la humanidad toda. Con esta fiesta damos por concluido
el tiempo litúrgico de la
Navidad y comenzamos el "tiempo ordinario" o
"tiempo durante el año", en el cual no se celebra ningún aspecto
concreto del misterio de Cristo, sino que se procura profundizar el conjunto de
la historia de salvación.
LECTURA
Is 40, 1-5. 9-11
Lectura del libro de Isaías.
¡Consuelen,
consuelen a mi Pueblo, dice su Dios! Hablen al corazón de Jerusalén y
anúncienle que su tiempo de servicio se ha cumplido, que su culpa está pagada,
que ha recibido de la mano del Señor doble castigo por todos sus pecados. Una
voz proclama: ¡Preparen en el desierto el camino del Señor, tracen en la estepa
un sendero para nuestro Dios! ¡Que se rellenen todos los valles y se aplanen
todas las montañas y colinas; que las quebradas se conviertan en llanuras y los
terrenos escarpados, en planicies! Entonces se revelará la gloria del Señor y
todos los hombres la verán juntamente, porque ha hablado la boca del Señor.
Súbete a una montaña elevada, tú que llevas la buena noticia a Sión; levanta
con fuerza tu voz, tú que llevas la buena noticia a Jerusalén. Levántala sin
temor, di a las ciudades de Judá: "¡Aquí está su Dios!". Ya llega el
Señor con poder y su brazo le asegura el dominio: el premio de su victoria lo
acompaña y su recompensa lo precede. Como un pastor, él apacienta su rebaño, lo
reúne con su brazo; lleva sobre su pecho a los corderos y guía con cuidado a
las que han dado a luz.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 103, 1b-4. 24-25. 27-30
R. ¡Bendice al Señor, alma mía!
¡Señor,
Dios mío, qué grande eres! Estás vestido de esplendor y majestad y te envuelves
con un manto de luz. Tú extendiste el cielo como un toldo. R.
Construiste
tu mansión sobre las aguas. Las nubes te sirven de carruaje y avanzas en alas
del viento. Usas como mensajeros a los vientos, y a los relámpagos, como
ministros. R.
¡Qué
variadas son tus obras, Señor! ¡Todo lo hiciste con sabiduría, la tierra está
llena de tus criaturas! Allí está el mar, grande y dilatado, donde se agitan,
en número incontable, animales grandes y pequeños. R.
Todos
esperan de ti que les des la comida a su tiempo: se la das, y ellos la recogen;
abres tu mano, y quedan saciados. R.
Si
escondes tu rostro, se espantan; si les quitas el aliento, expiran y vuelven al
polvo. Si envías tu aliento, son creados, y renuevas la superficie de la
tierra. R.
SEGUNDA LECTURA
Tit 2, 11-14; 3, 4-7
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a Tito.
Querido
hijo: La gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se
ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos,
para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, mientras
aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y
Salvador, Cristo Jesús. Él se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda
iniquidad, purificarnos y crear para sí un Pueblo elegido y lleno de celo en la
práctica del bien. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro
Salvador, y su amor a los hombres, no por las obras de justicia que habíamos
realizado, sino solamente por su misericordia, él nos salvó, haciéndonos
renacer por el bautismo y renovándonos por el Espíritu Santo. Y derramó
abundantemente ese Espíritu sobre nosotros por medio de Jesucristo, nuestro
Salvador, a fin de que, justificados por su gracia, seamos en esperanza
herederos de la Vida
eterna.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lc 3, 15-16. 21-22
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Como
el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan Bautista no
sería el Mesías, él tomó la palabra y les dijo: "Yo los bautizo con agua,
pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de
desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en
el fuego". Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado
Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo
descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz
del cielo: "Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi
predilección".
Palabra del Señor.
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