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lunes, 29 de junio de 2015

29 de Junio San Pedro y San Pablo.



Cada 29 de junio, en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, apóstoles, recordamos a estos grandes testigos de Jesucristo y, a la vez, hacemos una solemne confesión de fe en la Iglesia una, santa, católica y apostólica. Ante todo es una fiesta de la catolicidad.

Pedro, el amigo frágil y apasionado de Jesús, es el hombre elegido por Cristo para ser “la roca” de la Iglesia: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” ( Mt 16,16). Aceptó con humildad su misión hasta el final, hasta su muerte como mártir. Su tumba en la Basílica de San Pedro en el Vaticano es meta de millones de peregrinos que llegan de todo el mundo.
Pablo, el perseguidor de Cristianos que se convirtió en Apóstol de los gentiles, es un modelo de ardoroso evangelizador para todos los católicos porque después de encontrarse con Jesús en su camino, se entregó sin reservas a la causa del Evangelio.

miércoles, 24 de junio de 2015

Nacimiento de Juan Bautista


“La Iglesia celebra el nacimiento de Juan como algo sagrado y él es el único de los santos cuyo nacimiento se festeja”, explicaba el Obispo San Agustín (354-430) en sus sermones ya en los primeros siglos del cristianismo.
“Juan viene a ser como la línea divisoria entre los dos Testamentos, el antiguo y el nuevo. Así lo atestigua el mismo Señor, cuando dice: La ley y los profetas llegaron hasta Juan”, añadía el Santo Doctor de la Iglesia.
San Juan Bautista nació seis meses antes de Jesucristo. En el primer capítulo de San Lucas se narra que Zacarías era un sacerdote judío casado con Santa Isabel y no tenían hijos porque ella era estéril. Estando ya de edad muy avanzada, el ángel Gabriel se le apareció a Zacarías de pie a la derecha del altar.
El mensajero divino le comunicó que su esposa iba a tener un hijo, que sería el precursor del Mesías, y a quien pondría por nombre Juan. Zacarías dudó de esta noticia y Gabriel le dijo que quedaría mudo hasta que todo se cumpla.
Meses después, cuando María recibió el anuncio de que sería madre del Salvador, la Virgen partió a ver a su prima Isabel y se quedó ayudándole hasta que nació San Juan.
Así como el nacimiento del Señor se celebra cada 25 de diciembre, cercano al solsticio de invierno (el día más corto del año), el nacimiento de San Juan es el 24 de junio, alrededor del solsticio de verano (el día más largo). Así, después de Jesús los días van a más y después de Juan, los días van a menos hasta que vuelve “a nacer el sol”.
La Iglesia señaló estas fechas por el siglo IV con la finalidad de que se superpongan a dos fiestas importantes del calendario greco-romano: “día del sol” (25 de diciembre) y el “día de Diana” en el verano, cuya fiesta conmemoraba la fertilidad. El martirio de San Juan Bautista se conmemora cada 29 de agosto.
Origen de la fiesta
La Iglesia celebra normalmente la fiesta de los santos en el día de su nacimiento a la vida eterna, que es el día de su muerte. En el caso de San Juan Bautista, se hace una excepción y se celebra el día de su nacimiento. San Juan, el Bautista, fue santificado en el vientre de su madre cuando la Virgen María, embarazada de Jesús, visita a su prima Isabel, según el Evangelio.
Esta fiesta conmemora el nacimiento "terrenal" del Precursor. Es digno de celebrarse el nacimiento del Precursor, ya que es motivo de mucha alegría, para todos los hombres, tener a quien corre delante para anunciar y preparar la próxima llegada del Mesías, o sea, de Jesús. Fue una de las primeras fiestas religiosas y, en ella, la Iglesia nos invita a recordar y a aplicar el mensaje de Juan.
El nacimiento de Juan Bautista
Isabel, la prima de la Virgen María estaba casada con Zacarías, quien era sacerdote, servía a Dios en el templo y esperaba la llegada del Mesías que Dios había prometido a Abraham. No habían tenido hijos, pero no se cansaban de pedírselo al Señor. Vivían de acuerdo con la ley de Dios.
Un día, un ángel del Señor se le apareció a Zacarías, quien se sobresaltó y se llenó de miedo. El Árcangel Gabriel le anunció que iban a tener un hijo muy especial, pero Zacarías dudó y le preguntó que cómo sería posible esto si él e Isabel ya eran viejos. Entonces el ángel le contestó que, por haber dudado, se quedaría mudo hasta que todo esto sucediera. Y así fue.
La Virgen María, al enterarse de la noticia del embarazo de Isabel, fue a visitarla. Y en el momento en que Isabel oyó el saludo de María, el niño saltó de júbilo en su vientre. Éste es uno de los muchos gestos de delicadeza, de servicio y de amor que tiene la Virgen María para con los demás. Antes de pensar en ella misma, también embarazada, pensó en ir a ayudar a su prima Isabel.
El ángel había encargado a Zacarías ponerle por nombre Juan. Con el nacimiento de Juan, Zacarías recupera su voz y lo primero que dice es: "Bendito el Señor, Dios de Israel".
Juan creció muy cerca de Dios. Cuando llegó el momento, anunció la venida del Salvador, predicando el arrepentimiento y la conversión y bautizando en el río Jordán.
La predicación de Juan Bautista
Juan Bautista es el Precursor, es decir, el enviado por Dios para prepararle el camino al Salvador. Por lo tanto, es el último profeta, con la misión de anunciar la llegada inmediata del Salvador.
Juan iba vestido de pelo de camello, llevaba un cinturón de cuero y se alimentaba de langostas y miel silvestre. Venían hacia él los habitantes de Jerusalén y Judea y los de la región del Jordán. Juan bautizaba en el río Jordán y la gente se arrepentía de sus pecados. Predicaba que los hombres tenían que cambiar su modo de vivir para poder entrar en el Reino que ya estaba cercano. El primer mensaje que daba Juan Bautista era el de reconocer los pecados, pues, para lograr un cambio, hay que reconocer las fallas. El segundo mensaje era el de cambiar la manera de vivir, esto es, el de hacer un esfuerzo constante para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. Esto serviría de preparación para la venida del Salvador. En suma, predicó a los hombres el arrepentimiento de los pecados y la conversión de vida.
Juan reconoció a Jesús al pedirle Él que lo bautizara en el Jordán. En ese momento se abrieron los cielos y se escuchó la voz del Padre que decía: "Éste es mi Hijo amado...". Juan dio testimonio de esto diciendo: "Éste es el Cordero de Dios...". Reconoció siempre la grandeza de Jesús, del que dijo no ser digno de desatarle las correas de sus sandalias, al proclamar que él debía disminuir y Jesús crecer porque el que viene de arriba está sobre todos.
Fue testigo de la verdad hasta su muerte. Murió por amor a ella. Herodías, la mujer ilegítima de Herodes, pues era en realidad la mujer de su hermano, no quería a Juan el Bautista y deseaba matarlo, ya que Juan repetía a Herodes: "No te es lícito tenerla". La hija de Herodías, en el día de cumpleaños de Herodes, bailó y agradó tanto a su padre que éste juró darle lo que pidiese. Ella, aconsejada por su madre, le pidió la cabeza de Juan el Bautista. Herodes se entristeció, pero, por el juramento hecho, mandó que le cortaran la cabeza de Juan Bautista que estaba en la cárcel.

domingo, 31 de mayo de 2015

Hoy es la Fiesta de la Visitación de María: “¡Bendita tú entre las mujeres!”





Cada 31 de mayo la Iglesia celebra la Fiesta de la Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel. Con este mensaje de caridad de la Madre de Dios es que se concluye el mes mariano.
Según narran los evangelios, el ángel Gabriel le dijo a María que así como ella iba a ser la Madre de Jesús, su prima Isabel también estaba encinta de Juan el Bautista y la Virgen fue en ayuda de su pariente durante tres meses.

De este relato evangélico surgen dos importantes oraciones: la segunda parte del Avemaría y el canto del Magníficat.
Cuando Isabel oyó el saludo de María, “el niño saltó en su seno. Entonces Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó a grandes voces: ‘¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! Pero ¿cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme? Porque en cuanto oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno’”.


sábado, 30 de mayo de 2015

30 de Mayo Día Nacional de la Donación de Órganos Y Tejidos





"El 30 de mayo se conmemora el Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos. Esta fecha se eligió porque fue el día en que nació el hijo de la primer paciente trasplantada de hígado, en un hospital público en nuestro país (Hospital Argerich). Este hecho muestra como es posible vivir y dar vida después de un trasplante. En nuestro país hay más de 7.000 personas esperando un órgano o tejido para vivir o mejorar su calidad de vida (Incucai.gov.ar). En lo que va del año han sido donantes 232 personas y se han realizado 518 trasplantes. Si bien cada año se trabaja en concientizar a la población para generar una cultura de donación activa, la desproporción está a la vista. Donar es consolidar la vida en todos sus aspectos. Un donante puede dar vida, prolongar la vida y mejorar la calidad de vida de muchas personas que esperan y esperan, en esa lista casi interminable." 


jueves, 28 de mayo de 2015

28 de Mayo: Día de los Jardines de Infantes y de la Maestra Jardinera.




Rosario Vera Peñaloza nació el 25 de diciembre de 1873 en el pueblo de Atiles, La Rioja. En 1900 fundó el Jardín de Infantes anexo a la Escuela Normal de La Rioja, el primero de una larga serie que se concretó más tarde en las ciudades de Córdoba, Buenos Aires y Paraná, abocándose al estudio de planes y programas de educación preescolar.

Desde el inicio de su carrera tuvo un sueño, que se concretó en 1931: la creación del Primer Museo Argentino para la Escuela Primaria, hoy Complejo Museológico del Instituto Félix Bernasconi. A él le dedicó 17 años de su vida en forma desinteresada.

Luego de una admirable trayectoria, fue nombrada inspectora de las escuelas municipales, además de dictar las cátedras de pedagogía y matemática en la Escuela Normal “Del Divino Maestro”, incorporada al Profesorado en Lenguas Vivas. Entre su obra escrita se encuentran: El hombre que rehusó el Olimpo; Los hijos del sol; Historia de la Tierra; Un viaje accidentado; Cuentos y Poemas; y Pensamientos breves sobre juegos educativos.

Falleció el 28 de mayo de 1950. Esta fecha se toma, precisamente, para conmemorar en su honor, el Día de la Maestra Jardinera y el Día Nacional de los Jardines de Infantes, institucionalizado el 15 de septiembre de 1971. 


viernes, 1 de mayo de 2015

San José Obrero.



Hoy, 1º de mayo, celebramos a San José Obrero. Hoy celebramos al padre nutricio de Jesús, justo y humilde carpintero de Nazaret, que pasa la vida no sólo en la meditación y la oración, sino también en las fatigas de su artesanía. José es el símbolo de la prudencia, del silencio, de la generosidad, de la dignidad y de la aplicación en el trabajo; también lo es de los derechos y de los deberes respecto del trabajo.
San José fue un auténtico obrero en el pleno sentido de la palabra, y el único hombre que compartió con el Hijo de Dios la tarea de todos los días.
Recordamos hoy a todos los trabajadores de nuestra patria y del mundo, pidiendo al cielo para que sean instrumento de paz, de evangelización, de serena inteligencia, de valor y de confianza en sí mismos, de esperanzas de bien y de fervientes voluntad. Hoy la Iglesia recuerda, en el día de los trabajadores, a san José, obrero.
Juan Pablo II enseña que los hombres descubren pronto la cruz en su trabajo; precisamente por ello el esfuerzo humano es redentor, pues Cristo lo ha unido a su pasión: también él fue obrero y predicó su evangelio del trabajo conociendo íntimamente esta realidad que tiene por protagonistas a todos los hombres y mujeres del mundo.

sábado, 25 de abril de 2015

Espíritu Santo



De Los cinco minutos del Espíritu Santo de Victor Manuel Fernández

"Aquí estoy, Espíritu Santo, 
dispuesto a ofrecerte parte de mi tiempo. 
Escuché tu llamado al servicio 
y estoy intentando seguir a Jesús 
en esta misión que me confías. 
Necesito tu compañía y 
la fuerza de tu gracia. 
Dame un profundo gusto por mis tareas, 
un intenso fervor y una profunda alegría. 
No confío en mis fuerzas 
ni en mis capacidades 
sino en tu constante ayuda. 
Pero te ofrezco todo lo que soy, 
todas mis capacidades y talentos, 
mi imaginación y mi creatividad, 
mi inteligencia y mis energías, 
mi emotividad y mi capacidad de amor.
Quiero que todo esté al servicio de tu gloria, 
para que el bien y la verdad 
puedan triunfar en esta tierra. 
Ven Espíritu Santo. 
Amén."


martes, 7 de abril de 2015

Hoy se celebra a San Juan Bautista de La Salle, Patrono de los educadores.




 “La gracia que se os ha concedido de enseñar a los niños, de anunciarles el Evangelio y de educar su espíritu religioso es un gran don de Dios”, decía San Juan Bautista de la Salle, fundador de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos Lasallistas/lasallanos) y patrón de los educadores. Su fiesta es cada 7 de abril.

San Juan Bautista de la Salle nació en Reims (Francia) en 1651 en una familia acomodada. Desde pequeño deseó ser sacerdote. Se graduó como Maestro en Artes e ingresó al Seminario de San Sulpicio en París. A los 19 años murieron sus padres y tomó la responsabilidad de educar a sus hermanos menores.

Fue ordenado sacerdote a los 27 años. Con el tiempo parecía que ocuparía altos cargos eclesiales, pero veía que Dios lo llamaba a los más pobres. Es así que se empieza a reunir con un grupo de maestros, brindándoles formación humana, pedagógica y cristiana.

 El 24 de junio de 1681, Juan Bautista de La Salle y sus maestros inician vida en comunidad en una casa alquilada, hecho que marcaría el nacimiento de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.

Dentro de sus reformas en la educación, el Santo introdujo la enseñanza de niños en grupo, ya que hasta ese momento se instruía a cada niño por separado, inició una escuela gratuita en París para muchachos pobres y fundó universidades en Reims y Saint-Denis para maestros.

Por ese entonces cayó una hambruna terrible en Francia y el Santo repartió todos sus bienes para ayudar a los necesitados.

En 1686, ocho de sus seguidores emitieron sus primeros votos en la compañía que San Juan Bautista fundó y el 15 de agosto consagró su comunidad a la Virgen María.

Solía viajar a pie solicitando alojamiento y alimento. Su sotana y su manto eran tan pobres y descoloridos, decían, que un necesitado no se los hubiera aceptado como limosna.

Pasaba muchas horas en oración y les insistía a los miembros de su comunidad que lo que más éxito consigue en la labor de un educador es orar, dar buen ejemplo y tratar a todos como Cristo lo recomendó en el evangelio: "haciendo a los demás todo el bien que deseamos que los demás nos hagan a nosotros".

El 7 de abril de 1719, Viernes Santo, partió a la Casa del Padre. Sus últimas palabras fueron: “Adoro en todo la voluntad de Dios para conmigo”. Fue canonizado el 24 de mayo de 1900, día de la Virgen, y el 15 de mayo de 1950 fue nombrado Patrono de los educadores.


lunes, 6 de abril de 2015

"No temáis. Vayan a Galilea; allí me verán" (Mt 28,8-15)



Las mujeres, que habían ido al sepulcro, después de oír el anuncio del Ángel, se alejaron rápidamente de allí, atemorizadas pero llenas de alegría, y fueron a dar la noticia a los discípulos. De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: “Alégrense”. Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron delante de él. Y Jesús les dijo: “No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán”. Mientras ellas se alejaban, algunos guardias fueron a la ciudad para contar a los sumos sacerdotes todo lo que había sucedido. Estos se reunieron con los ancianos y, de común acuerdo, dieron a los soldados una gran cantidad de dinero, con esta consigna: “Digan así: ‘Sus discípulos vinieron durante la noche y robaron su cuerpo, mientras dormíamos’. Si el asunto llega a oídos del gobernador, nosotros nos encargaremos de apaciguarlo y de evitarles a ustedes cualquier contratiempo”. Ellos recibieron el dinero y cumplieron la consigna. Esta versión se ha difundido entre los judíos hasta el día de hoy. 
Meditación de Hoy: la alegría de la resurrección hace de las mujeres que habían ido al sepulcro mensajeras valientes de Cristo. «Una gran alegría» sienten en sus corazones por el anuncio del ángel sobre la resurrección del Maestro. Y salen “corriendo” del sepulcro para anunciarlo a los Apóstoles. No pueden quedar inactivas y sus corazones explotarían si no lo comunican a todos los discípulos. Resuenan en nuestras almas las palabras de Pablo: «La caridad de Cristo nos urge» (2 Cor 5,14). Jesús se hace el “encontradizo”: lo hace con María Magdalena y la otra María —así agradece y paga Cristo su osadía de buscarlo de buena mañana—, y lo hace también con todos los hombres y mujeres del mundo. Y más todavía, por su encarnación, se ha unido, en cierto modo, a todo hombre. Las reacciones de las mujeres ante la presencia del Señor expresan las actitudes más profundas del ser humano ante Aquel que es nuestro Creador y Redentor: la sumisión —«se asieron a sus pies» (Mt 28,9)— y la adoración. ¡Qué gran lección para aprender a estar también ante Cristo Eucaristía! «No tengáis miedo» (Mt 28,10), dice Jesús a las santas mujeres. ¿Miedo del Señor? Nunca, ¡si es el Amor de los amores! ¿Temor de perderlo? Sí, porque conocemos la propia debilidad. Por esto nos agarramos bien fuerte a sus pies. Como los Apóstoles en el mar embravecido y los discípulos de Emaús le pedimos: ¡Señor, no nos dejes! Y el Maestro envía a las mujeres a notificar la buena nueva a los discípulos. Ésta es también tarea nuestra, y misión divina desde el día de nuestro bautizo: anunciar a Cristo por todo el mundo, «a fin que todo el mundo pueda encontrar a Cristo, para que Cristo pueda recorrer con cada uno el camino de la vida, con la potencia de la verdad (...) contenida en el misterio de la Encarnación y de la Redención, con la potencia del amor que irradia de ella». Dejémonos penetrar por la fuerza de la Resurrección del Señor. Que su “Pascua” por nuestras vidas no nos deje indiferentes, que nos libere y nos transforme como lo hizo con los primeros cristianos que fueron capaces, incluso, de dar su vida por la causa del anuncio de la Buena Nueva. «El Evangelio de Jesucristo es un mensaje de libertad y una fuerza de liberación. Liberación es, en primer lugar y de modo más importante, liberación radical de la esclavitud del pecado. Es el fin y el objetivo la libertad de los hijos de Dios, como don de la gracia». Acerquémonos a Jesús Resucitado como aquellas mujeres y, postrados de rodillas, adorémosle, pidámosle que nos libere con su gracia de todo aquello que nos impida ser testimonios de alegría y de amor para nuestros hermanos.