Ayúdame Señor Jesús a no ser tentando.
Ayúdame a hacer silencio, quiero escuchar tu voz.
Toma mi mano, guíame al desierto, que
nos encontremos a solas, Tu y yo.
Necesito contemplar tu
rostro, me hace falta la calidez de tu voz, caminar juntos… Callar, para que
hables Tú.
Quiero revisar mi vida,
descubrir en que tengo que cambiar, afianzar lo que anda bien, sorprenderme con
lo nuevo que me pides.
Me pongo en tus manos.
Ayúdame a dejar a un lado
las corridas, las preocupaciones que llenan mi cabeza.
Barre mis dudas e
inseguridades, quiero compartir mi vida y revisarla a tu lado.
Me tienta la incoherencia.
Hablar mucho y hacer poco.
Mostrar facha de buen
cristiano; pero adentro, donde Tú y yo conocemos, tengo mucho para cambiar.
Me tienta la falta de
compromiso. Es mas fácil pasar de largo que bajarse del caballo y hacer la
del samaritano.
¡Hay tantos caídos a mi
lado, Señor, y yo me hago el distraído!
Ayúdame Señor!! Amén.
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