Hijo, anda, ésta es
tu vida,
Puedes hacer con
ella lo que quieras,
Pero no olvides que
hay un Dios que siempre mira
Y nunca olvides que Dios ama y
espera.
Sé pájaro y sol, libre y radiante,
Mas si de pronto te tornaras lluvia,
Apóyate en el sol que fuiste antes
Y enciéndete en el rezo y en la lucha.
Sabes… la lluvia también es necesaria,
Cae, lava, refresca y cicatriza,
El alma necesita muchas veces,
Tras el fuego, el agua y la ceniza.
Y en la ceniza se alza la mirada,
Se ubica el hombre, humano y extinguible,
Sabe que sin su amor no vale nada
Y allí la ceniza es brasa indestructible.
Sé paciente, no apures a la vida,
Espera con confianza el renacer,
También se nace de la herida,
Dios ya se ocupa de tu acontecer.
Sé simple y da a tu paso la medida,
No corras tanto que el tiempo es ya ligero,
Detente a contemplar la flor nacida,
No dejes de tener un compañero.
Y elige por mujer a la que te ame
Con sol, con lluvias, con estrellas…
Dios quiera sea la que tu alma llame
Y sea de todas la más bella.
Hijo, anda, ésta es tu vida
Puedes hacer con ella lo que quieras
Pero no olvides que Dios le dio cabida
En mi vientre ¡y Él dispuso que nacieras!
Elsa Tébere
(Lo escribí para Mauricio, cuando él tenía 16 años, y aunque parezca raro, lo fui escribiendo mientras estaba planchando ropa. Muchas veces recité este poema y está publicado en libros y revistas. En este día especial para Mauricio, y también para mis otros hijos a quienes por supuesto amo profundamente, aunque ellos tienen también sus propios poemas)
No hay comentarios:
Publicar un comentario