El 2 de mayo de 1982 flotas inglesas atacaron e hundieron el crucero argentino "General Belgrano" y 366 argentinos murieron en este aberrante hecho.
Hoy, se cumplen 29 años de un hecho que entristeció a todos los argentinos, el ARA General Belgrano era atacado por el submarino británico HMS Conqueror y sucumbía en las heladas aguas del Océano Atlántico Sur, con un saldo de 366 argentinos muertos, de una tripulación de 1093.
El crucero argentino era comandado por Héctor Bonzo y se encontraba fuera de la Zona de Exclusión Total cuando fue impactado, pasado las 16, por dos torpedos MK8 que poseían 340 kilos de explosivos cada uno, que fueron lanzados desde el submarino británico.
Poco antes, la primera ministra del Reino Unido en esa época, Margaret Thachter, fue quien decidió en la residencia campestre de Checkers, en Londres, junto a su gabinete de guerra, el destino del ARA General Belgrano y de su tripulación.
Del operativo de rescate participaron cuatro aviones, cuatro buques, y un barco pesquero. El mismo se llevó adelante desde el 2 al 9 de mayo en medio de lluvias y temperaturas bajo cero que entorpecieron las acciones. Recién el 3 de mayo se avistó las balsas salvavidas que estaban esparcidas por el frío océano en un radio de cuatro kilómetros y se dió comienzo al traslado de los soldados argentinos, la gran mayoría de ellos padecía ya principios de congelamiento.
Este cruel hecho que vivió la sociedad en su conjunto, marcó la vida no tan sólo de la tripulación del ARA General Belgrano, sino también de todas las familias argentinas.
Poco antes, la primera ministra del Reino Unido en esa época, Margaret Thachter, fue quien decidió en la residencia campestre de Checkers, en Londres, junto a su gabinete de guerra, el destino del ARA General Belgrano y de su tripulación.
Del operativo de rescate participaron cuatro aviones, cuatro buques, y un barco pesquero. El mismo se llevó adelante desde el 2 al 9 de mayo en medio de lluvias y temperaturas bajo cero que entorpecieron las acciones. Recién el 3 de mayo se avistó las balsas salvavidas que estaban esparcidas por el frío océano en un radio de cuatro kilómetros y se dió comienzo al traslado de los soldados argentinos, la gran mayoría de ellos padecía ya principios de congelamiento.
Este cruel hecho que vivió la sociedad en su conjunto, marcó la vida no tan sólo de la tripulación del ARA General Belgrano, sino también de todas las familias argentinas.
"No perdamos la identidad, que no se olviden de estos acontecimientos que marcaron nuestra historia".
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