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lunes, 26 de mayo de 2014

El Papa rezó en el Muro de la Vergüenza.


Antes de celebrar una misa en la Plaza del Pesebre, en el gesto político que más esperaban los palestinos, Francisco se quedó casi cinco minutos frente a la barrera de cemento que Israel comenzó a construir en 2002



BELEN.- Ni bien llegó esta mañana a la ciudad donde nació Jesús, Francisco no decepcionó las expectativas de los palestinos, sino las superó ampliamente. Sorprendiendo a todo el mundo y en un gesto inesperado, no previsto en el delicado programa previsto para esta segunda etapa de su intensa gira en Tierra Santa, hizo detener su papamóvil ante el "muro de la vergüenza", la barrera de seguridad de cemento que separa esta ciudad del Estado de Israel.
Antes de celebrar una misa multitudinaria y festiva en la Plaza del Pesebre, en el gesto político que más esperaban los palestinos, Francisco se quedó casi cinco minutos frente a la barrera de cemento que Israel comenzó a construir unilateralmente en 2002 en un intento de detener los ataques extremistas y que recorre buena parte de los territorios ocupados palestinos, en contra de todas las reglas internacionales. Allí, en medio de una nube de camarógrafos y de palestinos con banderas del Vaticano y locales, el Papa se persignó y se quedó en silencio, rezando.
La imagen valió mil palabras y dejó eufóricos a los palestinos que esperaban un gesto fuerte y que por lo bajo lamentaban los días pasados que el programa papal no previera un momento en el cual Francisco pudiera ver de cerca el también llamado "muro de la vergüenza".

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