Jueves 16 - Misa a elección. Feria. Blanco. - San Luis
Orione, presbítero. (ML). Blanco.
LECTURA
Hech 22, 30; 23, 6-11
Lectura de los Hechos de los apóstoles.
Queriendo saber con exactitud de qué acusaban los judíos a Pablo,
el tribuno mandó quitarle las cadenas, y convocando a los sumos sacerdotes y a
todo el Sanedrín, hizo comparecer a Pablo delante de ellos. Pablo, sabiendo que
había dos partidos, el de los saduceos y el de los fariseos, exclamó en medio
del Sanedrín: "Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos, y ahora me
están juzgando a causa de nuestra esperanza en la resurrección de los
muertos". Apenas pronunció estas palabras, surgió una disputa entre
fariseos y saduceos, y la asamblea se dividió. Porque los saduceos niegan la resurrección
y la existencia de los ángeles y de los espíritus; los fariseos, por el
contrario, admiten una y otra cosa. Se produjo un griterío, y algunos escribas
del partido de los fariseos se pusieron de pie y protestaron enérgicamente:
"Nosotros no encontramos nada de malo en este hombre. ¿Y si le hubiera
hablado algún espíritu o un ángel...?". Como la disputa se hacía cada vez
más violenta, el tribuno, temiendo por la integridad de Pablo, mandó descender
a los soldados para que lo sacaran de allí y lo llevaran de nuevo a la
fortaleza. A la noche siguiente, el Señor se apareció a Pablo y le dijo:
"Ánimo, así como has dado testimonio de mí en Jerusalén, también tendrás
que darlo en Roma".
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 15, 1-2a. 5. 7-11
R. ¡Protégeme, Dios mío, porque
me refugio en ti! O bien: Aleluya.
Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti. Yo digo al Señor:
"Señor, Tú eres mi bien". El Señor es la parte de mi herencia y mi
cáliz, ¡Tú decides mi suerte! R.
Bendeciré al Señor que me aconseja, ¡hasta de noche me instruye
mi conciencia! Tengo siempre presente al Señor: Él está a mi lado, nunca
vacilaré. R.
Por eso mi corazón se alegra, se regocijan mis entrañas y todo mi
ser descansa seguro: porque no me entregarás a la muerte ni dejarás que tu
amigo vea el sepulcro. R.
Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu
presencia, de felicidad eterna a tu derecha. R.
EVANGELIO
Jn 17, 1b. 20-26
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús levantó los ojos
al cielo, y oró diciendo: "Padre santo, no ruego solamente por ellos, sino
también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí. Que todos sean uno:
como Tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros,
para que el mundo crea que tú me enviaste. Yo les he dado la gloria que tú me
diste, para que sean uno, como nosotros somos uno ?Yo en ellos y tú en mí? para
que sean perfectamente uno y el mundo conozca que tú me has enviado, y que los
has amado a ellos como me amaste a mí. Padre, quiero que los que tú me diste
estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado,
porque ya me amabas antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te
ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste. Les di
a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que
tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos".
Palabra del Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario