Domingo 21 - Domingo 29º durante el año. Verde.
PRIMERA LECTURA
Is 53, 10-11
Lectura del libro de Isaías.
El Señor quiso aplastarlo con el sufrimiento. Si ofrece su vida
en sacrificio de reparación, verá su descendencia, prolongará sus días, y la
voluntad del Señor se cumplirá por medio de él. A causa de tantas fatigas, él
verá la luz y, al saberlo, quedará saciado. Mi Servidor justo justificará a
muchos y cargará sobre sí las faltas de ellos.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 32, 4-5. 18-20. 22
R. Señor, que descienda tu amor
sobre nosotros.
La palabra del Señor es recta y él obra siempre con lealtad; Él
ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor. R.
Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que
esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos
en el tiempo de indigencia. R.
Nuestra alma espera en el Señor: Él es nuestra ayuda y nuestro
escudo. Señor, que tu amor descienda sobre nosotros, conforme a la esperanza
que tenemos en ti. R.
SEGUNDA LECTURA
Heb 4, 14-16
Lectura de la carta a los Hebreos.
Hermanos: Ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios, un Sumo
Sacerdote insigne que penetró en el cielo, permanezcamos firmes en la confesión
de nuestra fe. Porque no tenemos un Sumo Sacerdote incapaz de compadecerse de
nuestras debilidades; al contrario, Él fue sometido a las mismas pruebas que
nosotros, a excepción del pecado. Vayamos, entonces, confiadamente al trono de
la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio
oportuno.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Mc 10, 35-45
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le
dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a
pedir". Él les respondió: "¿Qué quieren que haga por ustedes?".
Ellos le dijeron: "Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu
izquierda, cuando estés en tu gloria". Jesús les dijo: "No saben lo
que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo
recibiré?". "Podemos", le respondieron. Entonces Jesús agregó:
"Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que
yo. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí
concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados".
Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra
ellos. Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que aquellos a quienes
se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y
los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así.
Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el
que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo
del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate
por una multitud".
Palabra del Señor.
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