A eso de caer y levantarte, de fracasar y volver a comenzar,
de seguir un camino y tener que torcerlo,
de encontrar el dolor y tener que afrontarlo.
A eso… no le llames adversidad, llámale SABIDURIA.
A eso de sentir la mano de Dios y saberte impotente,
de fijarte una meta y tener que seguir otra,
de huir de una prueba y tener que encararla,
de planear un vuelo y tener que recortarlo, de aspirar y no poder,
de querer y no saber, de avanzar y no llegar.
A eso… no le llames castigo, llámale ENSEÑANZA.
A eso de pasar juntos días radiantes, días felices y días tristes,
días de soledad y días de compañía,
A eso… no le llames rutina, llámale EXPERIENCIA.
A eso de que tus ojos miren y tus oídos oigan, y tu cerebro funcione
y tus manos trabajen, y tu alma irradie y tu sensibilidad sienta,
y tu corazón ame.
A eso… no le llames poder humano, llámale MILAGRO DIVINO.
A eso de que tus ojos estén leyendo este mensaje y tengas
el tiempo para disfrutarlo, que escuches esa melodía y
tengas esa sensación de cariño.
A eso… no le llames casualidad, llámale AMISTAD.
Por eso pensé en vos y quise compartirlo.
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