Domingo 18 -
33º domingo durante el año. Verde.
PRIMERA
LECTURA
Dn 12, 1-3
Lectura de
la profecía de Daniel.
En aquel
tiempo, se alzará Miguel, el gran Príncipe, que está de pie junto a los hijos
de tu pueblo. Será un tiempo de tribulación, como no lo hubo jamás, desde que
existe una nación hasta el tiempo presente. En aquel tiempo, será liberado tu
pueblo: todo el que se encuentre inscrito en el Libro. Y muchos de los que
duermen en el suelo polvoriento se despertarán, unos para la vida eterna, y
otros para la ignominia, para el horror eterno. Los hombres prudentes
resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que hayan enseñado a
muchos la justicia brillarán como las estrellas, por los siglos de los siglos.
Palabra de
Dios.
SALMO
Sal 15, 5.
8-11
R.
Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.
El Señor es
la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡Tú decides mi suerte! Tengo siempre
presente al Señor: Él está a mi lado, nunca vacilaré. R.
Por eso mi
corazón se alegra, se regocijan mis entrañas y todo mi ser descansa seguro: porque
no me entregarás a la muerte ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. R.
Me harás
conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad
eterna a tu derecha. R.
SEGUNDA
LECTURA
Heb 10,
11-14. 18
Lectura de
la carta a los Hebreos.
Hermanos:
Los sacerdotes del culto antiguo se presentan diariamente para cumplir su
ministerio y ofrecer muchas veces los mismos sacrificios, que son totalmente
ineficaces para quitar el pecado. Cristo, en cambio, después de haber ofrecido
por los pecados un único Sacrificio, se sentó para siempre a la derecha de
Dios, donde espera que sus enemigos sean puestos debajo de sus pies. Y así,
mediante una sola oblación, Él ha perfeccionado para siempre a los que
santifica. Y si los pecados están perdonados, ya no hay necesidad de ofrecer
por ellos ninguna otra oblación.
Palabra de
Dios.
Aleluya.
Estén prevenidos y oren incesantemente: así podrán comparecer seguros ante el
Hijo del hombre. Aleluya.
EVANGELIO
Mc 13, 24-32
Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús dijo a
sus discípulos: "En aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna dejará de
brillar, las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán. Y se verá
al Hijo del hombre venir sobre las nubes, lleno de poder y de gloria. Y él
enviará a los ángeles para que congreguen a sus elegidos desde los cuatro
puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte. Aprendan esta
comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan
las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. Así también,
cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el fin está cerca, a la
puerta. Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto. El
cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto a ese día y
a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, nadie sino
el Padre".
Palabra de
Dios.